Alonso, a romper la maldición de Ferrari

A cuatro meses del comienzo del Mundial y cuando todavía no se ha subido a su nuevo monoplaza, Fernando Alonso ya sabe que lograr su tercer título mundial, pese a estar en Ferrari, no será tarea fácil. Las estadísticas y el destino están en su contra.
La aventura del asturiano en Ferrari no ha comenzado del todo bien. En su primer día, en la fiesta fin de curso del Cavallino Rampante, se quedó atrapado en la grava con un Ferrari que pilotaba el patrón Luca Cordero di Montezemolo. Y ahora, antes de subirse por primera vez a su nuevo monoplaza, ya sabe que los números también le empiezan a dar la espalda.
El ocho es el número de la suerte en China. Alonso también guarda un buen recuerdo, no en vano en 2003 consiguió su primera victoria en la F1 y de pase se convirtió en el piloto más joven de la historia en adjudicarse en Gran Premio (record que hoy posee Vettel). Sin embargo, llevar el ocho en Ferrari no es sinónimo de éxito: en ninguno de los 16 Mundiales que sus pilotos han logrado llevaban el dorsal número 8 en su monoplaza, precisamente el que el asturiano lucirá el próximo campeonato. De hecho, en los sesenta campeonatos mundiales disputados hasta la fecha, sólo Niki Lauda y Mika Hakkinen se coronaron con dicho número.
Para rizar más el rizo, de todos los pilotos que han pasado por Ferrari y fueron campeones, sólo Kimi Raikkonen, precisamente al que Alonso sustituye, se hizo con el título en su primera temporada. De hecho, el Kaiser Michael Schumacher necesitó cinco campañas para alcanzar la gloria vestido de Ferrari.
Ahora habrá que esperar para saber cuántas temporadas necesitará el asturiano para lograrlo, si es que lo logra, pues la competencia va a ser muy dura con Vettel, Hamilton, Rosberg, .... El desenlace, allá por el mes de noviembre.